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Calamares a la andaluza con harina de garbanzos
Tapas de calamares a la plancha
Lo primero y más pesado de todo es limpiar los calamares. Lo mejor es pedirlo al pescadero y luego limpiarlos en casa. Si los compramos enteros tendremos que quitarles la piel, las tripas y la tela que los recubre.
2.- Como podéis ver hemos quitado las tintas de los calamares para poder utilizarlas después. Usamos las del propio calamar porque le da un sabor diferente, y usamos las artificiales para darle un color negro.
Cortamos la cebolla en juliana y la ponemos a pochar en una olla, mi madre siempre la hace en olla exprés pero luego pondré el tiempo que tenemos para ponerla en una olla normal. Lo pochamos durante unos 20 minutos a fuego lento.
La preparación de esta receta consiste en limpiar los calamares y cortarlos en anillas que, tras rebozarlos, se fríen en abundante aceite. El rebozado es la clave para conseguir un magnífico resultado. Para prepararlo puedes utilizar harina de trigo o, si quieres añadir un extra de sabor, te aconsejo que utilices harina de garbanzos. En Cocina Casera puedes encontrar varias fórmulas para preparar diferentes tipos de rebozados para distintos productos, puedes ver diferentes tipos en nuestras recetas de aros de cebolla y alcachofas rebozadas. Te aconsejo que pruebes diferentes recetas hasta que encuentres la que mejor se adapte a tus gustos.
Tapas de calamares
La cocina andaluza es la cocina de Andalucía, España. Entre los platos más destacados están el gazpacho, el pescado frito (a menudo llamado pescaíto frito[1] en la lengua vernácula local), los jamones de Jabugo, del Valle de los Pedroches y de Trevélez, y los vinos de Jerez, especialmente el jerez. El libro de cocina andaluza más antiguo que se conoce data del siglo XIV[2].
La fritura en la cocina andaluza está dominada por el uso del aceite de oliva[3] que se produce en las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada. Málaga, Almería, Cádiz y Huelva también producen aceite de oliva, pero en menor cantidad.
Los alimentos se rebozan en harina a la andaluza (es decir, sólo harina, sin huevo ni otros ingredientes, pero puede incluir harina de garbanzo especialmente para su uso en rebozados). Luego se fríen en una gran cantidad de aceite de oliva caliente.
Con cinco provincias costeras, el consumo de pescado y marisco es bastante elevado: gamba blanca de la bahía de Cádiz; langostinos; murex; boquerones; chipirones; sepia; “bocas de la Isla”, un plato que se encuentra en San Fernando y que utiliza un cangrejo local que puede regenerar su pinza; platija; etc.
Receta de calamares
La cocina andaluza es la cocina de Andalucía, España. Entre los platos más destacados están el gazpacho, el pescado frito (a menudo llamado pescaíto frito[1] en la lengua vernácula local), los jamones de Jabugo, del Valle de los Pedroches y de Trevélez, y los vinos de Jerez, especialmente el jerez. El libro de cocina andaluza más antiguo que se conoce data del siglo XIV[2].
La fritura en la cocina andaluza está dominada por el uso del aceite de oliva[3] que se produce en las provincias de Jaén, Córdoba, Sevilla y Granada. Málaga, Almería, Cádiz y Huelva también producen aceite de oliva, pero en menor cantidad.
Los alimentos se rebozan en harina a la andaluza (es decir, sólo harina, sin huevo ni otros ingredientes, pero puede incluir harina de garbanzo especialmente para su uso en rebozados). Luego se fríen en una gran cantidad de aceite de oliva caliente.
Con cinco provincias costeras, el consumo de pescado y marisco es bastante elevado: gamba blanca de la bahía de Cádiz; langostinos; murex; boquerones; chipirones; sepia; “bocas de la Isla”, un plato que se encuentra en San Fernando y que utiliza un cangrejo local que puede regenerar su pinza; platija; etc.
Receta de chipirones a la española
Esta deliciosa receta de chipirones fritos con garbanzos, limón y orégano está inspirada en la ciudad de Dubrovnik. Como señala el chef Russell Brown “Las regiones costeras de Croacia están más influenciadas por el Mediterráneo, y el marisco constituye una parte importante de la cocina. El limón, el ajo y el aceite de oliva combinan bien con la mayoría de los mariscos, y esa fue la principal influencia de este plato. Los calamares tienen un sabor delicado, los garbanzos aportan una textura de contraste y el conjunto adquiere frescura con mucho orégano”.
Sacudir el exceso de harina. En una sartén antiadherente, se fríen los calamares muy rápidamente en aceite caliente y humeante, cocinando por tandas para no llenar la sartén. Escurrir en papel de cocina y sazonar con zumo de limón y sal marina.
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Soy Emilio Velazquez webmaster y principal redactor de webinstant.es . Me encantan los perros y el café caliente por las mañanas.