Habas con vaina estofadas
Recetas de habas
Las habas (o haboncillos, como se conocen en EE.UU.) forman parte de la familia de las leguminosas, junto con los guisantes y los garbanzos, y son originarias del Mediterráneo, aunque su ubicación exacta no está clara. Las habas son una planta muy fácil de cultivar, por lo que son las favoritas de los aspirantes a jardineros y de los horticultores expertos. En temporada en el Reino Unido, entre finales de mayo y principios de septiembre, estas habas con forma de riñón son una buena fuente de proteínas y tienen un alto contenido en vitaminas A, B1 y B2. Al comprarlas, busque habas con cáscara firme y crujiente, sin manchas ni bolsas de aire. Opte por las más pequeñas, que serán dulces y cremosas; las grandes tendrán una textura calcárea y harinosa y es mejor dejarlas para sopas y purés. Las habas se conservan en el frigorífico de dos a tres días crudas, pero una vez cocidas es mejor consumirlas el mismo día cuando están más frescas.
Las habas muy jóvenes y pequeñas (menos de cinco centímetros) pueden cocinarse y comerse enteras, como si se tratara de un guisante. Si son más grandes, hay que quitarles la vaina exterior antes de cocinarlas. Para obtener el mejor sabor, siempre hay que cortar la vaina de las judías en dos veces. Para ello, hay que quitarles la vaina y escaldarlas en agua hirviendo durante un par de minutos antes de refrescarlas en un cuenco con agua helada. Una vez que las judías se hayan enfriado lo suficiente como para poder manipularlas, basta con hacer una muesca en la segunda cáscara (que se habrá desprendido durante la cocción) y sacar la judía verde brillante de su interior. La proporción de habas enteras con respecto a la vaina final no es alta, pero valdrá la pena el esfuerzo.
Cómo preparar habas para una ensalada
Las habas (o haboncillos, como se conocen en EE.UU.) forman parte de la familia de las leguminosas, junto con los guisantes y los garbanzos, y son originarias del Mediterráneo, aunque su ubicación exacta no está clara. Las habas son una planta muy fácil de cultivar, por lo que son las favoritas de los aspirantes a jardineros y de los horticultores expertos. En temporada en el Reino Unido, entre finales de mayo y principios de septiembre, estas habas con forma de riñón son una buena fuente de proteínas y tienen un alto contenido en vitaminas A, B1 y B2. Al comprarlas, busque habas con cáscara firme y crujiente, sin manchas ni bolsas de aire. Opte por las más pequeñas, que serán dulces y cremosas; las grandes tendrán una textura calcárea y harinosa y es mejor dejarlas para sopas y purés. Las habas se conservan en el frigorífico de dos a tres días crudas, pero una vez cocidas es mejor consumirlas el mismo día cuando están más frescas.
Las habas muy jóvenes y pequeñas (menos de cinco centímetros) pueden cocinarse y comerse enteras, como si se tratara de un guisante. Si son más grandes, hay que quitarles la vaina exterior antes de cocinarlas. Para obtener el mejor sabor, siempre hay que cortar la vaina de las judías en dos veces. Para ello, hay que quitarles la vaina y escaldarlas en agua hirviendo durante un par de minutos antes de refrescarlas en un cuenco con agua helada. Una vez que las judías se hayan enfriado lo suficiente como para poder manipularlas, basta con hacer una muesca en la segunda cáscara (que se habrá desprendido durante la cocción) y sacar la judía verde brillante de su interior. La proporción de habas enteras con respecto a la vaina final no es alta, pero valdrá la pena el esfuerzo.
Cómo cocinar habas jamie oliver
Las habas, también llamadas habas, están en temporada en el Reino Unido durante la mayor parte del verano, de junio a septiembre. La haba es una hortaliza antigua que se cultiva como alimento desde la Edad de Bronce.
Mucha gente tiene una relación de amor-odio con esta brillante judía. Es famosa por ser la favorita de Hanibal Lector, que hace referencia a las habas en una escalofriante escena de El silencio de los corderos. A pesar de su gran sabor, tenemos que admitir que las habas son bastante complicadas de preparar. Es posible que la gente que las come las adore, pero los que las preparan son los que encuentran las habas menos atractivas. Siga leyendo para descubrir nuestra sencilla forma de preparar las habas.
La totalidad de las pequeñas vainas muy jóvenes, con granos apenas formados, se pueden comer. Sin embargo, es posible que le cueste encontrar unas pequeñas como éstas en las tiendas. La directora de Good To Know Food, Elisa Roche, explica: «Si tiene la suerte de utilizar habas cultivadas en casa, las más pequeñas que recoja no necesitarán ser desgranadas, basta con cortarlas en rodajas y cocinarlas».
Cuánto tiempo hay que hervir las habas
Piense que las habas tienen tres vidas y una vida después. Cuando son jóvenes y pequeñas, digamos que del tamaño de una uña, las habas son jóvenes y tiernas y pueden comerse crudas de la vaina como tentempié, añadirse a las ensaladas o simplemente saltearlas en un poco de mantequilla para calentarlas.Cuando son más grandes pero con una piel lisa y tensa pueden cocerse al vapor o hervirse rápidamente para ablandar la carne y la piel y luego refrescarse en agua fría y añadirse a los platos a partir de ahí. Cuando la piel empieza a arrugarse se vuelve dura y amarga, por lo que conviene quitarles la piel después de cocinarlas. El más allá son las habas, lo que llamamos habas secas.Los antiguos griegos creían que las almas de los muertos emigraban a las habas, de ahí el viento y el mal olor después de comerlas. Algunas personas tienen problemas para digerir el almidón de las habas, lo que provoca vientos. Algunas personas de origen mediterráneo o con antecedentes de este tipo sufren un trastorno genético inusual llamado favismo que provoca una reacción alérgica y, en algunos casos, un trastorno sanguíneo. Las habas secas eran un alimento básico en el mundo antiguo y, junto con los cereales integrales como la cebada o el farro, aportaban todos los aminoácidos necesarios para una dieta saludable cuando la carne era escasa.
Soy Emilio Velazquez webmaster y principal redactor de webinstant.es . Me encantan los perros y el café caliente por las mañanas.