Que hacer en luarca
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Luarca (pueblo) es un puerto pesquero y de recreo. Luarca (parroquia) tiene una población de 4.747 habitantes (2018), y una superficie de 5,84 km2. La localidad está a 90 km (56 mi) de Oviedo, la capital de Asturias. El premio Nobel de Medicina de 1959, Severo Ochoa, nació en Luarca. Es conocida por su bella arquitectura, sus paisajes, su gastronomía y sus atracciones turísticas. Las fiestas de San Timoteo suelen atraer a miles de personas cada agosto.
El Centro del Calamar Gigante, del que se dice que es el único museo del mundo dedicado al calamar gigante, tuvo su sede en la ciudad desde su inauguración en 2010 hasta su destrucción por una tormenta en 2014; está previsto que vuelva a abrir en 2022.
puerto de luarca
La belleza de Luarca toma la forma de una gran S acuática, en torno a la cual el hombre y su actividad marítima inicial, ahora mezclada, han encontrado un acomodo milimétrico, con una gran afluencia de turistas en verano, cuando su demografía autóctona se quintuplica. Es también por méritos propios la capital de un concejo, el de Valdés, que es uno de los referentes paisajísticos y culturales del occidente asturiano.
La fama de Luarca ha traspasado muchas fronteras hasta convertirse en una de las villas más nombradas de toda Asturias. En parte ha sido por tener como hijo más ilustre a Severo Ochoa, Premio Nobel de Medicina, pero su fama va más allá de las individualidades, se la ha ganado también a base de otros muchos méritos.
El río Negro serpentea continuamente en su último tramo. No es un estuario al uso. El río sí se une al mar, pero no lo hace abiertamente, parece introvertido, y a base de rodeos, curvas y recodos, finalmente acaba desembocando en el Cantábrico en una especie de suspiro.
En esta villa, denominada por su encanto como la Villa Blanca de la Costa Verde, se diferencian claramente dos zonas. El casco antiguo alberga los barrios más antiguos y tradicionales, todos de origen medieval, como La pescadería, La barandilla y El Camboral, que rodean puerto e iglesia como un gran anfiteatro. Hacia el interior, y en ambas orillas del río, encontramos la Luarca más contemporánea estéticamente hablando. Surgida en el siglo XIX, es actualmente el lugar que concentra la mayor parte del comercio. De un lado a otro de la ciudad podemos llegar a cruzar hasta siete puentes sobre el río. Comunican diariamente los dos lados de un casco urbano que, sin más pistas, podría ser un lío pero que es básicamente sencillo, con gran simetría en sus formas.
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Luarca, capital de la parroquia de Valdés, es un encantador puerto pesquero. Conocida como «la pequeña ciudad blanca de la Costa Verde», no decepciona con sus atractivas vistas y paisajes. Situada a 92 km al oeste de Oviedo, la ciudad se encuentra entre el mar y los escarpados acantilados, y está dividida en dos por el río Negro. Siete puentes conectan las dos partes de la ciudad.
El Camino de Santiago pasa por Luarca y el visitante podrá disfrutar tanto del colorido y el bullicio del puerto como de la tranquilidad que reina en sus mejores miradores, lugares ideales para reflexionar en silencio y con tranquilidad sobre la majestuosa belleza del Cantábrico. Admire las casitas de los pescadores y las impresionantes casas del siglo XIX mientras pasea por la ciudad, donde el tiempo parece haberse detenido hace siglos. Sus edificios e hitos medievales, y su omnipresente vigilancia del mar son testimonio de su historia ballenera y corsaria. Venga a caer en el hechizo de la ciudad, donde la naturaleza y la historia se funden.
Los puertos pesqueros y deportivos son siempre el epicentro de las ciudades costeras, y Luarca no es una excepción. Lugareños y visitantes se reúnen en este popular punto de encuentro, salpicado de coloridas embarcaciones, donde los pescadores se preparan para una jornada en el mar o descargan la pesca del día. ¿Sabía que Luarca ha sido un próspero centro de pesca, navegación y comercio durante siglos? ¿Qué mejor manera de sumergirse en el rico patrimonio marinero de esta pequeña ciudad medieval que dando un paseo por el puerto? Y, ya que está allí, no deje de probar el pescado y el marisco recién capturado en alguno de los restaurantes de los alrededores.
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Construida en torno a una cala en forma de «S» situada entre escarpados acantilados, el casco histórico de Luarca, su paseo marítimo y el puerto merecen ser visitados. Un pequeño río divide la ciudad en dos, aunque hay varios puentes estrechos que la unen. Sus edificios más característicos son el faro, la ermita de la Atalaya y el cementerio sobre el mar, cortado en la roca a golpe de pico y lugar de descanso final de los restos del premio Nobel Severo Ochoa, natural de esta localidad. El carácter tradicional de Luarca se refleja en sus chigres -antiguas tabernas asturianas-, donde el visitante puede aprender el arte de beber sidra.
Soy Emilio Velazquez webmaster y principal redactor de webinstant.es . Me encantan los perros y el café caliente por las mañanas.